Tu tiempo es valioso, tanto como para estudiar con el fin de lograr un resultado satisfactorio en la PSU como para tomarte un tiempo de relajo. Nada sacarás pensando en que tienes que estudiar sin una organización efectiva que te ayude a aprehender de forma real los contenidos que repasas. El orden en tu vida será fundamental para lograr resultados positivos: tan importante como estudiar, lo es el descansar, compartir con tus amigos, alimentarte bien o hacer lo que más te guste. Es la única forma de que tu mente se cultive y distraiga para, posteriormente, rendir como lo debe hacer.
La clave está en planificar un horario para potenciar tu concentración durante esos valiosos momentos de estudio. Determinar qué momentos tendrán este fin, ayudará a que sepas que ciertas horas son EL momento para instruirte; después podrás ver tranquilamente una película, por ejemplo. Tener un horario definido, te librará de la angustia de tener una acumulación de materias por estudiar: sabes que repasarás cada una en su debido momento.
Ahora: ¿Cómo establecer y sacarle provecho a tu propio horario de estudio?
1. Sé realista: antes de realizar tu horario, ten claro que deberás respetar tu propia realidad. Esto es parte de conocerte: si sabes que no puedes estar muchas horas seguidas estudiando, es mejor repartir el tiempo durante la semana que pretender tener una maratón de estudio ineficiente.
2. Fabrica tu propio horario en papel o cartulina: incluye colores, destacadores o elementos llamativos que no te hagan olvidar la importancia de esta programación. Colócalo en tu pieza o en algún lugar visible de tu hogar donde recuerdes mirarlo a diario.
3. Separa tu horario con días y horas fijas: comienza por escribir las actividades que siempre haces sí o sí en la semana, luego mira los tiempos que te quedan sin actividades obligatorias y define cuáles momentos libres tomarás para estudiar y cuáles para hacer alguna actividad recreativa. Estos últimos márcalos como “libres”.
4. Intenta no establecer más de 2 horas seguidas de estudio por día y a cada materia dedícale un tiempo proporcional a su dificultad: por ejemplo, si te es más fácil lenguaje que ciencias, dedícale más tiempo a ciencias para comprender de mejor manera los contenidos, mientras que a lenguaje le podrías dedicar algo menos de tiempo, pero centrándote mucho mejor en lo que repasas y de forma más rápida.
5. Cuando vayas a estudiar, divide el tiempo en materias, cambiando al menos cada media hora de temática. Por ejemplo, si vas a estudiar lenguaje de 17:00 a 19:00 horas, reparte esas horas en diferentes ámbitos de la misma asignatura.
Una vez establecido esto, comienza a estudiar siempre los puntos más básicos, para luego seguir con los temas que te causa mayor dificultad.
En resumen: no programes una maratón, de estudios, divide tus tiempos, ten consciencia de que el tiempo para el ocio es tan importante como el estudio y, mientras repasas, toma pausas cortas para hacer rendir tu concentración y esfuerzo ¡Haz tu horario y gánale a la PSU!