Existen dos sistemas educativos en las universidades que tratan de convencer a los alumnos, claro que uno pretende quedarse con los estudiantes más que el otro. Entre las instituciones que pertenecen al Consejo de Rectores y las privadas, no existe mucha diferencia en cuanto a discurso, misión, e incluso, los perfiles de egreso de las diferentes carreras.
Entre las 40 universidades privadas y las 22 que pertenecen al Consejo de Rectores - de las cuales 16 son propiedad del Estado - existen grandes diferencias. Por ejemplo, en cuanto al ingreso, las instituciones particulares tienen sus propias reglas, a diferencia de las tradicionales, que exigen un puntaje mínimo de ingreso (550 puntos, excepto la Universidad de Santiago que pide 600).
Las universidades estatales y privadas tradicionales, tienen más prestigio que las instituciones que no dependen del Consejo de Rectores; no por nada los estudiantes que logran mejores puntajes en la PSU las prefieren. Generalmente, un profesional puede conseguir más fácilmente un trabajo si se destaca en una casa de estudios de mayor renombre, que una que no tenga tanta relevancia.
Estudiar en una universidad estatal resulta una buena idea, porque están reguladas por leyes y estatutos ampliamente conocidos y largamente practicados, no pueden falsear su naturaleza de organizaciones sin fines de lucro, y porque tienen controles fiables de carácter externos, cosa que avala los atributos que las tienen por sobre de las instituciones privadas.
En cuanto a transparencia, las universidades estatales ganan por amplitud. Éstas, eligen a sus directivos de forma democrática, en elecciones donde los representantes son elegidos por su pares, a diferencia de las privadas, donde las autoridades son designadas por los mismo dueños de forma arbitraria y sin derecho a reclamo. Los ingresos y egresos son algo que también está claro en las instituciones del Consejo de Rectores, en cambio, en las casas de estudio privadas, estas podrían estar cubiertas por terceras personas.
El costear una carrera es algo que puede ser un dolor de cabeza, por eso algunas universidades privadas ofrecen atractivas becas para los alumnos que lograron un buen puntaje, cosa que también hacen las casas de estudios estatales y tradicionales, así que es mejor no tomar una decisión hasta tener los resultados PSU en mano.
Las universidades estatales, y algunas privadas que son parte del Consejo de Rectores, por lo general son más consideradas por los postulantes; no por nada tienen menos publicidad en los medios, a diferencia de las particulares que requieren más atención de los alumnos para así captar más clientes. Estos son aspectos importantes al momento de escoger una casa de estudios en comparación a otra, ya que por alguna razón u otra, tu curriculum podría tener un punto a favor por terminar tus estudios en una tradicional.
Imagen CC Benjamín Mejías Valencia