El cambio desde la educación media a la universidad es grande. Dejar a los amigos del colegio atrás, en ocasiones también a la familia, para ingresar a una institución desconocida, con gente mayor que uno y una estructura completamente diferente puede ser terrorífico. Por esto, no es secreto que hasta los mechones más valientes tienen algunos miedos.
Ve a continuación los 10 miedos típicos de un mechón:
1. El mechoneo
Especialmente si ingresarás a una universidad famosa por lo salvajes que son sus mechoneos... quizás ya estás entrando en pánico. Todos vimos alguna vez a jóvenes en la calle pidiendo monedas y dando pena con su olor a pescado, el pelo oxigenado, los pies descalzos y la ropa rota. O nuestros amigos, primos o hermanos mayores nos han contado las desgracias de su mechoneo (y quizás también lo bien que lo pasaron haciéndolo al año siguiente). Hay universidades que no hacen este rito, tienen mechoneos sociales o muy relajados pero dicen que es mejor prevenir que lamentar, ¿no? Quizás ya tienes tu tenida de vagabundo lista para la primera semana de clases.
2. La toma de ramos
Este tema es terrorífico incluso para quienes ya están terminando la carrera, así que el miedo de los mechones está justificado. Hay muchas universidades que no abren el proceso de toma de ramos para el primer y se dan los ramos por sistema autómatico, pero a los que les toca esto tampoco se salvan del miedo: ¿y si me toca el peor profe? ¿El que reprueba a todo el mundo? ¿El que tiene clases el lunes a las 8:30 y el viernes a las 19:15? Y si eres de los que sí tiene que tomar ramos, peor aún. Tener que elegir profesores y ramos para alguien que recién está llegando y no tiene idea... ¿cómo es posible que nos torturen tanto?
3. Sociabilizar
Entrar a la universidad y hacer nuevos amigos puede ser un poco difícil para algunos, especialmente para los que están llegando a una ciudad nueva y no conocen a nadie. Algunos tienen los mismos amigos desde los primeros años en el colegio y simplemente ya perdieron la práctica, ¡y qué miedo! Nadie quiere terminar almorzando solo y haciendo los trabajos en grupo con los peores del curso por no conocer a nadie. Más encima, al ser mechón se llega como pollito el primer día entre todos los más grandes, y bueno... pánico. Menos mal que en muchas universidades dan buenas bienvenidas y los de cursos mayores ayudan harto en la introducción.
4. Echarse los ramos
Seguro antes, cuando estabas en el colegio, te metían miedo diciendo que la universidad era muy difícil y que disfrutaras mientras podías. Bueno, la cosa no es tan así pero igual da miedo el cambio, que es grande. En la u las metodologías de aprendizaje son diferentes y también las evaluaciones, pero eso no significa que sean imposibles y que vayas a morir intentándolo. Aún así, da miedo y uno no puede evitar pensar que se echará todos los ramos en el primer semestre y será un fracaso toda la vida.
5. Tener problemas económicos
Los aranceles universitarios son muy caros, e incluso, si tienes becas o créditos tendrás que pagar a veces hasta cantidades considerables de dinero. Y además, tienes que sacar fotocopias, comprar libros y todos los materiales que se te pidan, y si vas a otra ciudad, tendrás que arrendar un lugar y comer... una pesadilla. Pero si crees que tú tienes miedo, piensa en tus pobres padres que ya deben estar con un ataque de pánico sacando las cuentas y viendo todo lo que tendrán que pagar por tu educación.
6. Que no sea como se esperaba
Lo peor que te podría pasar: que la carrera sea algo nada que ver a lo que esperabas, que la odies con toda tu alma y que levantarte cada mañana para ir a la universidad sea una tortura. Quizá tu mayor miedo es arrepentirte de tu elección y que a las dos semanas digas "¡sabía que tenía que poner como primera preferencia la otra!", y así le des la razón a otra persona, que es lo peor. Y ahí entras en el eterno dilema: ¿seguir o congelar? Pero ya, no tengas miedo de eso y sólo anda, que quizás la carrera te encante.
7. El tratamiento a los profesores
El colegio tiene muchas diferencias con la universidad y una de ellas tiene que ver con los profesores. Dicen que son diferentes, que enseñan de otra forma, que sus pruebas están hechas para cortar cabezas y que no se aprenden ni tu nombre. Para alguien que está recién entrando a la u, esto puede ser motivo de pánico, pero la verdad es que no es tan así. Sí son diferentes, pero muchos en el buen sentido: son buena onda, cercanos y comprensivos. Y también hay otros que se pueden convertir en tu peor pesadilla, pero qué más vamos a pedir.
8. No tener tiempo para nada
Quizá tienes miedo de extrañar esas tardes en el colegio, donde te la pasabas echado en tu cama viendo tele. Es verdad que en la universidad sueles tener más cosas que hacer, pero tampoco es tan terrible. Y bueno, si es que llegara a ser terrible, siempre puedes leer en la micro, trabajar mientras almuerzas o llevar los apuntes al baño contigo. O hacer carretes donde el tema de conversación obligatorio sea Derecho Civil.
Para quienes van a estudiar a otra ciudad:
9. Llegar a una ciudad nueva
Se aplica en todos quienes dejan su ciudad para llegar a otra, pero es especialmente escalofriante para quienes van desde sus regiones a Santiago. Algunos son más valientes y llegan como si ya lo conocieran todo, pero para otros es más difícil. ¿Metro? ¿Transantiago? ¿Lanzas? ¿Taco? ¿Cruzar la Alameda? Parece terrorífico. Y más encima no falta la mamá que te mete miedo: que cuidado con el celular, que no te vayan a entrar a robar, que el gas pimienta, que en Santiago te pueden secuestrar, etcétera.
10. Encontrar donde vivir
Si te vas a otra ciudad necesitas encontrar un lugar donde vivir. Algunos lo planifican con tiempo y ya están listos cuando los aceptan en la universidad de sus sueños, pero otros están en febrero revisando anuncios de Internet a la velocidad de la luz para encontrar una pieza en arriendo. Y esto es de terror. ¿Y si no encuentro donde vivir? ¿Puedo poner una carpa en el Mapocho? ¿Hay alguna forma de sobrevivir a ese viaje diario? ¿Y si encuentro pero quien vive en la pieza de al lado es insoportable? ¿Y si la dueña del lugar es una señora que cierra la puerta a las 10 de la noche y no puedo entrar?
Si eres mechón, cuéntanos ¿qué miedos tienes?
Imagen CC Francisco Osorio