Claramente, no es por los altos sueldos. O quizás sí, depende del área que escojas y la motivación que tengas (pero, por sobretodo, depende de los pitutos que te consigas). Si soy sincera contigo, ser psicólogo es la mejor pega del mundo porque ayudar a las demás personas a sentirse mejor consigo mismas produce una gratificación gigante que llena tu corazón y te hace sentir que estás haciendo algo útil con tu vida.
Y además de lo lindo que es el servicio, ser psicólogo es una pega muy versátil. No sólo existe la psicología clínica (que corresponde a la clásica aunque prejuiciosa imagen de la persona acostada en un sillón, contando sus problemas al terapeuta), sino que también existe, por ejemplo, la psicología laboral. Si tu sueño es entender el comportamiento de las personas, pero también te gustaría generar unas buenas lucas al mes y empezar a trabajar de inmediato, entonces psicología laboral es una buena opción.
Personalmente no es lo mío, pero todos los días hay varias empresas solicitando psicólogos laborales para procesos de selección de personal. Los sueldos no están mal, y sus prácticas son pagadas (yo hice mi práctica gratis, para que veas hasta donde llega la vocación).
Otra rama bien pagada de la psicología sería la jurídica. Este campo te ofrece una considerable remuneración, pero requiere “cuero de chancho”. Si quieres estudiar psicología, pero derecho también te llama mucho la atención, aquí puedes encontrar una mezcla de los dos.
Ahora, si lo tuyo es verdadera vocación (aquella persona a la que no le importa el dinero mientras ayude a construir una mejor sociedad), psicología educacional y psicología comunitaria seguro llamaran tu atención. Como ves, un psicólogo no sólo puede trabajar con cada persona individualmente o en procesos masivos de evaluación y selección, también puede trabajar en colegios y con comunidades vulnerables.
La verdad, los psicólogos estamos en todas partes. Cuando era pequeña mi papá me decía que “si levantas una piedra, aparece un psicólogo”, y tenía razón. Pero eso no es necesariamente algo malo. Al ser una carrera flexible y con un amplio campo laboral, puedes llegar a desarrollar con plenitud todas tus habilidades. Por ejemplo, yo dedico un par de horas a la semana a la atención clínica, y también dedico un par de horas a la redacción de contenidos. Me encanta leer y escribir, y ser psicóloga me permitió potenciar ese lado más “intelectual”.
Y hablando de intelectuales, si eres psicólogo tienes la posibilidad de participar en mil y un investigaciones que aportan nuevos conocimientos y descubrimientos. Desde el primer año de universidad o, mejor dicho, desde el primer semestre de estudios, puedes acercarte a algún profesor y plantearte tu interés en esta área. Y créeme, si te gusta la investigación y participaste en varias de ellas durante la carrera, a la hora de tu titulación tienes pega asegurada (y hasta puedes llegar a dictar algunas cátedras).
Si todo esto aún no te convence de que ser psicólogo es la mejor pega del mundo, presta atención a lo siguiente: puedes conseguir pega en la televisión. Así es, ¡puedes ser parte de la farándula! ¿Te has fijado en la psicóloga que aparece en La Jueza? Si no me creíste cuando te dije que los psicólogos estábamos metidos en todas partes, esto debería terminar con tu escepticismo.
Otra de las razones de porqué ser psicólogo es la mejor pega del mundo es que puedes llegar a ser tu propio jefe. Juntas un buen capital y empiezas tu propio emprendimiento, colocando una consulta particular o un centro de atención junto a otros colegas. ¡Y te dejas los viernes libres para tener fin de semana largo, eternamente!
Finalmente, quiero terminar diciendo que ser psicólogo es la mejor pega del mundo porque te da la posibilidad de ser feliz. Haces lo que te gusta y te pagan por ello. Y, al final del día, da lo mismo no ganar millones si lograste que un niño que estaba llorando, esbozara una sonrisa. Cualquier trabajo que logre algo así, será el mejor del mundo.