Cuando se acerca la PSU todos nos empiezan a hablar de vocación, como si fuera lo más normal de la vida el hecho que, de un momento a otro, tengamos que escoger (sin equivocarnos) lo que haremos el resto de la vida. ¿Acaso se olvidaron de que nunca nos hablaron de vocación antes?
Hoy vengo a hablarles desde mi experiencia personal equivocándome de carrera, porque me gustaría que alguien me hubiera aconsejado un poco antes de equivocarme DOS VECES…sí dos veces, y la idea es que a ti no te pase lo mismo.
En primer lugar es importante dejar en claro que al llegar a cuarto medio NO TODOS sienten un llamado fuerte y claro a un área o profesión en particular, algunos demoran un poco más y eso es normal. Así que lo primero es calmarse y sacarse la idea de que al salir del colegio hay que entrar corriendo a la U. Si necesitas más tiempo para vivir, pensar y experimentar con tus gustos e intereses antes de elegir un camino, HAZLO. Nadie nace con vocación para algo, la vocación se construye con la experiencia.
También hay que sacarse la idea de que todo está en internet. Yo me guié dos veces por lo que decían las páginas de las universidades sobre sus carreras y es todo un mundo de diferencias entre la descripción de una carrera y lo que se vive al estar en ella. Lo ideal es conocer a personas que estudien o hayan estudiado lo que te interesa y que te puedan contar su experiencia. Además, conocer la facultad donde se imparte la carrera ayuda harto para conocer el ambiente en que te vas a desenvolver después. Y, por su puesto, puedes buscar también en internet, la idea es que no bases tu búsqueda sólo en esa fuente.
¿Te has preguntado “qué es lo que realmente me gusta hacer”? Más que “qué quiero estudiar”, la pregunta indicada es la primera, porque sólo vas a estudiar por unos años, pero vas a trabajar muuuuuuchos años en lo que estudies, por eso tienes que evaluar si tus intereses y gustos calzan con los perfiles de las carreras que se ofrecen. La idea es que tu trabajo te haga feliz, y esta es una buena forma de lograrlo.
Otro punto importante es que identifiques qué es lo que buscas en una carrera. ¿Quieres plata? ¿Crecimiento personal? ¿O acaso solo vas a entrar a la universidad porque tus papás te obligan? Con ese panorama un poco más claro tus intereses van a ir apareciendo solos, pero ten presente siempre todas las aristas de una carrera (tiempo de estudio, tipo de trabajo, campo laboral, rentas), para que después no te desilusiones.
Por último, sería bueno también que la decisión de qué estudiar esté acompañada por tus padres. Digo “acompañada” no más, porque lo que debes evitar es que elijan por ti, pero la gente mayor tiene más experiencia y deberías (al menos) escuchar sus consejos, que siempre son bien intencionados. Además, es importante tener claro cómo van a financiar tus estudios, para que no tengas que abandonar una carrera por falta de plata.
Espero que con estos consejos tengas un poco más de claridad para tomar tu decisión. Lo importante es que lo hagas con calma, para que no termines siendo parte del 50 por ciento de estudiantes chilenos que desertan de su carrera.
Revisa también nuestra sección de Orientación vocacional.