Después de mucho madrugar y quemarte las pestañas estudiando Física, Química y Biología para la PSU, puede que en algún momento de iluminación trascendental te hayas preguntado a ti mismo: "Mismo, ¿qué es la ciencia?"; ¿Es a lo que se dedican los sujetos de bata blanca? ¿Es todo aquello que termina en "-logía"? ¿Es el camino, la verdad y la vida?... Lo cierto es que esta es una de esas preguntas imposibles de responder en fácil y bonito, y, aunque no lo creas, las grandes mentes de los últimos 23 siglos le han estado dando vueltas para llegar a una respuesta.
Para comenzar por lo más simple, diremos que la ciencia viene del latín scientĭa, que significa conocimiento. La Real Academia de la Lengua Española (RAE) la define como el "conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales". En esta sencilla definición podemos ver los aspectos esenciales que caracterizan lo que entendemos por ciencia.
Por un lado, es la búsqueda de conocimiento sobre el mundo empírico, o lo que entendemos por realidad. Si bien algunos posmos pueden argumentar que todos percibimos el mundo de manera diferente, por lo tanto no hay "una" sola realidad, la ciencia se aboca a aquello que es contrastable; esto quiere decir que se buscan sucesos concretos, observables, medibles, y susceptibles de ser revisados y validados por cualquiera que estudie el mismo fenómeno. Es por eso que la Astrología y Criptozoología, aunque terminan en "logía", no están admitidas en el selecto club de las ciencias, pues sus afirmaciones se basan en testimonios y observaciones de origen dudoso e imposibles de contrastar. Aquí es donde surge uno de los elementos clave para entender la ciencia: su método, el famoso "Método Científico" que seguramente has visto en el colegio, pero vamos a darle una vuelta.
Como dice nuestra mejor amiga, Wikipedia, el Método Científico "consiste en la observación sistemática, medición, experimentación, la formulación, análisis y modificación de las hipótesis". Esto quiere decir que la ciencia tiene una base lógica y sigue un procedimiento, y la idea es que cualquier otra persona que siga el mismo procedimiento para estudiar un fenómeno llegue al mismo resultado, para así validarlo. La cosa se pone interesante cuando aquel que replica un experimento no obtiene los mismos resultados; ¿qué sucede ahí? Pues lo bonito de las afirmaciones científicas es que pueden refutarse; la ciencia no es algo estático que impone verdades, sino que busca entender las lógicas y leyes de un fenómeno, estando sujeta a constante evaluación y cambio.
Ahora, los más críticos se preguntarán si el conocimiento científico no es entonces una mera construcción de datos hechos por consenso, por el reconocimiento de colegas y amiguis o establecido por autoridad; como en toda actividad humana. Por supuesto que hay también científicos truchos con estudios chantas auspiciados por empresas, y jerarquías donde el prestigio a veces prima por sobre las pruebas concretas, pero, al ser una actividad comunitaria y abierta, siempre está construyéndose y auto-evaluándose, por lo que más temprano que tarde caen aquellas propuestas que no constituyen un verdadero aporte al conocimiento. Y de aquí viene la importancia de la rigurosidad en el método y de publicar los resultados en revistas o congresos especializados; solo así la ciencia puede mirarse a sí misma y seguir avanzando.
Así que ya sabes... la próxima vez que te pongas tus guantes de goma y agarres un tubo de ensayo, piensa que no estás solo en tu ñoñez amor por la ciencia, sino que eres parte de un importante legado histórico y filosófico, y miembro de una gran comunidad en busca de respuestas. Recuerda que la PSU de ciencias también medirá habilidades de pensamiento científico, así que no olvides repasar estos temas.