Natalia García, talquina de nacimiento y de 22 años, no se arrepiente de haber viajado, en 2012, 300 km al norte para estudiar Periodismo en la Universidad Diego Portales, en Santiago, aunque reconoce que en un principio fue bastante difícil el cambio.
Tomó la decisión de estudiar lejos de casa al mismo tiempo que se atrevió a estudiar Periodismo, y fue algo casi obvio porque en Talca no hay universidades que impartan esa carrera. Por lo mismo a sus padres no se sorprendieron con la idea de tener a su hija menor estudiando tan lejos.
Pero al poco tiempo Natalia se dio cuenta de las diferencias que iban apareciendo mientras vivía sola. Los regaloneos de su mamá y las ricas comidas caseras a las que estaba acostumbrada en Talca fueron remplazadas, en la capital, por unos simples tallarines con salsa y tardes enteras leyendo enormes libros para la universidad.
“Lo más difícil que me ha tocado pasar es estar lejos de mi familia para fechas importantes, como por ejemplo el día de la mamá o algunos cumpleaños. Pero todo esfuerzo tiene su recompensa y cuando no he podido viajar es porque estoy estudiando, y eso se refleja en que nunca me he echado un ramo”, explica la estudiante de tercer año de Periodismo.
A Natalia le carga la soledad, por eso cuenta que para ella fue un gran apoyo vivir, durante su primer año como santiaguina, con su mejor amigo, que también venía de Talca. “Eso me ayudó muchísimo para no sentirme tan sola”, comenta.
- ¿Te costó mucho acostumbrarte a Santiago?
- No tanto. Yo soy un poco acelerada, así que me acostumbré rápido al ritmo santiaguino. Lo que me costó fue acostumbrarme a las tareas domésticas, como ir al supermercado. Al principio no sabía muy bien qué cosas comprar o cómo administrar la plata para que me alcanzara hasta fin de mes, pero de a poco fui aprendiendo ¡y ahora soy experta en buscar ofertas!
Pero sin duda, lo que más le costó fue encontrar en Santiago un grupo de amigos como el que siempre ha tenido en su ciudad natal. Y no porque sea poco sociable ni mucho menos, sino porque el hecho de ser provinciana le dificultó mucho la tarea de encontrar ese apoyo que todos necesitamos.
“Cuando uno es de región aprovecha cada fin de semana largo o cualquier oportunidad para viajar a su casa y eso dificulta poder entablar amistades fuera de las horas de clases, por ejemplo para salir a carretear y esas cosas. Pero con el tiempo he aprendido a ir combinando ambas cosas. Ahora tengo buenas amigas con las que puedo salir a pasear por Santiago cuando tenemos tiempo libre”, señala.
Ya en su cuarto año viviendo lejos de casa la cosa parece muy distinta. Claro, sigue extrañando el calor de una buena comida casera y el cariño materno, por eso viaja cada vez que puede, pero Natalia ya tiene las cosas mucho más claras. Santiago es el lugar que escogió para establecerse.
Nunca se ha echado un ramo y ha pasado siempre con buenas notas. Natalia sabe que está estudiando lo que le gusta y le apasiona, por eso está feliz. Sabe que escogió bien cuando se fue de Talca a Santiago y no piensa volver. “Lo que quiero para mi futuro laboral está en Santiago, y puedo querer mucho a Talca, pero en el campo periodístico hay pocas cosas que se puedan hacer allá”, explica.
- ¿Qué cosa positiva puedes destacar de este cambio que significó para ti estudiar lejos de casa?
Me gusta que estoy haciendo lo que realmente me apasiona y me ha servido para independizarme de a poco. Vivir sola me ha hecho tomar más responsabilidades y ser consciente de los sacrificios que hacen mis papás para que tenga todo lo que necesito.
- ¿Qué consejo podrías darle a alguien que está pensando en irse a estudiar a otra ciudad o a otra región?
- Les diría que los sacrificios que se hacen al irse a otra ciudad valen totalmente la pena cuando los hacemos con pasión. Si realmente te gusta una carrera pero no está en el lugar donde vives, arriésgate y lucha por tus metas. Salir de la zona de confort nos ayuda a crecer y eso se nota mucho cuando llegamos a la universidad y compartimos con personas que no sacrifican nada por estudiar. Así que ¡salgan de la burbuja!