Una de las profesiones más nobles que puede existir es la enseñanza. Nadie duda el respeto que se merecen los profesores de la nación de pedagogía básica, media y universitaria. Por ello me propuse elaborar una nota que titulara: ¿Por qué ser Profesor de Lenguaje es la mejor pega del mundo? para responder esta pregunta le consulté a un amigo cercano quien hace un tiempo terminó todos sus ramos de la carrera en esta especialidad, para que me hablara de su experiencia laboral.
Su nombre es Mario González Henríquez, ex-alumno de Pedagogía Media en Lenguaje y Comunicación en la Universidad San Sebastián de Concepción, en la sede Tres Pascualas, y quien actualmente a la par de finiquitar sus estudios se desempeña como profesor de séptimo y octavo básico en el Colegio Santa Bernardita de Talcahuano. “Me ha servido para seguir conociendo, a mi me gusta mucho esta profesión, te das cuenta de la realidad”, comenta González, quien explica que la vocación fue algo que se dio con el tiempo, pero que actualmente no podría hacer otra cosa.
“La verdad, yo en un principio quería estudiar Pedagogía en Inglés, pero no estaba tan seguro, me gustan muchos los idiomas, pero no sabía si enfocarme toda la vida en ello, pero quería algo humanista”, cuenta. “A mí la verdad me gustaba la poesía y la escritura, por lo que me di un año sabático lo pensé bien y comenzó a seducirme la idea de Pedagogía en Lenguaje”. A pesar de los continuos paros que había en las sedes de esta profesión, en las distintas instituciones, se decidió por la Universidad San Sebastián, por su imparcialidad y ramos, dice.
Henríquez asegura que la carrera de profesor requiere mucho sacrificio, muchas horas de desvelo y que si quieres estudiarla te tiene que gustar la carrera realmente para hacer el sacrificio. “El campo laboral es difícil, el Gremio de Profesores es desconfiado, hay mucho cuchicheo, además las metodologías entre profesoras mayores de 35 años y menores es abismal”, avisa el pedagogo, dirigiéndose a quienes estén pensando cursar la carrera.
A pesar de los sinsabores Mario asegura que ser profe de lenguaje es sin dudas la mejor pega que podría haber elegido, y agrega “mi experiencia ahora, en el colegio en el que estoy es que todos los niños te aman, siempre acuden a mí, lo que más me divierte es que como aún soy joven me integran y me ven como buena onda”. Confiesa que dentro de las cosas que más le gusta es revisar pruebas, por ejemplo ver errores divertidos, como que en una prueba escriban: dos con zeta (doz). Aunque errores como este lo alarman a este nivel, trata de tomárselo con humor.
Al preguntarle: ¿cuáles son las mejores cosas de su trabajo? Mario es enfático y responde que en jefatura tiene la dicha de llevarse bien con su curso. “Ellos me vienen a buscar, y me dicen, profe tenemos clase con usted ahora, mientras yo estoy en la sala de profesores recopilando guías y eso me alegra la verdad, me hace más fácil la rutina diaria”, relata con una sonrisa en la cara y mirada perdida, de seguro rememorando las clases con sus queridos alumnos. Lo mismo en términos académicos, pues considera que sus métodos de enseñanza han sido captados por los estudiantes.
Otro logro personal para Mario es haber aportado en contra de la tendencia nacional constructivista, y no tan conductista, dice. “No sé si has escuchado la frase: acción-reacción, ¿has visto la película: Los Coristas? Allí un profesor llega a un colegio y otro le dice que los alumnos de este colegio no van a llegar a ser nadie, este profesor se hace amigo de los menores y se desvela creando un coro con ellos, esto te da un ejemplo de una metodología menos conductista, en tiempos en que aún se les pegaba a los niños y las normas de una institución eran ley divina”, explica.
Por último nuestro profesor se emociona contando como su labor le ha ayudado a conocer realidades distintas, pues dice que en un colegio se ve de todo, pues opina que la educación en Chile está en un punto en donde no se resuelve la disyuntiva entre enseñanza moral o ética con la intelectual. “He visto padres alcohólicos que no se preocupan de sus hijos o colegas que sacrifican algunas de sus pertenencias para abrigar a los cabros en un día de lluvia, entonces con esas visiones de colegios municipales, particulares, subvencionados, empiezas a sentir más y te das cuenta de la realidad de lo que debes planificar al momento de ver tus materias”.
A pesar de los prejuicios que se tienen en torno a esta profesión en el país, una que en otros continentes se tiene dentro de las actividades más difíciles de obtener, Mario se muestra confiado y sigue relatando las distintas facetas de su curso, sin dejar que brillen sus ojos de orgullo. Sin dudas una experiencia que lo ha hecho crecer como persona y ser humano. Antes de terminar la entrevista González recomienda a los chicos que estudian actualmente la carrera que lo piensen bien, pues insiste que no es un juego enseñar a otros, “si les gusta algo parecido a la carrera pueden encontrar dentro algo nuevo que los encante aún más, después hasta tienen la opción de especializarte, yo mismo estoy pensando en complementar enseñanza Media con Básica”, sentencia.
¿Tienes experiencia propias como profesor de lenguaje? No olvides comentar más abajo.