Un gran amigo mío, el Seba, está a pocos meses de presentar su proyecto de título y convertirse en un gran y flamante arquitecto. Haciendo un balance de lo que han sido estos años de sacrificio y maquetas, le pregunté cuáles considera que han sido sus grandes errores y aciertos como estudiante de Arquitectura. ¿Quieres saber lo que me dijo? ¡Presta atención!
Errores
1. Buscar la perfección: Como la mayoría de las personas, el Seba quería hacerlo todo bien. El problema era que, buscando una inexistente perfección, terminaba ¡súper frustrado! Uno de sus grandes errores fue tomarse todo a pecho, y no darse el espacio necesario para aprender de sus errores y reconocer las herramientas que la universidad le estaba entregando.
2. No dormir: Durante todos sus años de estudio, mi querido amigo siempre se jactaba de estar despierto toda la noche terminando sus maquetas. Podía pasar tres días sin pegar ojo, y dejaba todos sus proyectos para última hora. A él no le importaba, pero para mí eso era puro masoquismo. No seas como el Seba, para cuando sea necesario y, sobretodo, ¡duerme!
3. No escuchar a los profes: Fracasar en la vida es inevitable, y tener profes odiosos también. El Seba recuerda especialmente a uno, que lo hacía pebre en cada una de sus presentaciones. Aun así, este profe tenía mucha razón. Era un vil arrogante, pero todas sus críticas tenían años de experiencia detrás. No tomes los comentarios como algo personal, aprende del fracaso y mejora cada día un poco más.
Aciertos
1. Arriesgarse: La inspiración y la creatividad son aspectos fundamentales en la Arquitectura, y la universidad es la instancia ideal para arriesgarte con propuestas innovadoras y algo locas. Uno de los grandes aciertos que mi querido amigo vivió como estudiante de esta carrera fue no “achuncharse” ante el “qué pensarán”, y plasmar en sus diseños todo lo que pensaba y sentía.
2. Salir a dibujar: Otro de los aciertos del Seba fue salir con su croquera a todos lados y dibujar, dibujar, dibujar. Con el paso del tiempo fue afilando su ojo de una manera impresionante, y cada vez que salíamos me daba unos tremendos discursos sobre cada edificio que veíamos. Yo no entendía nada, pero era evidente que todas esas horas en la calle, le habían otorgado un gran plus observando detalles que los demás omitían.
3. Apoyarse en sus compañeros: Dejando de lado el hecho de que es mi amigo, el Seba es un joven simpático y sociable. Y a pesar de que era algo competitivo, siempre buscó la ayuda y apoyo de sus compañeros. Ya sea porque no entendía algo, o quería otra opinión sobre su maqueta, no tenía reparos en seguir el consejo de los demás. Un gran acierto, ya que es muy difícil encontrar a un arquitecto ejerciendo solo. ¡Aprovecha los trabajos en grupo!
Espero que la experiencia de mi amigo te ayude y te haga el camino más fácil. ¡Mucha suerte!