Últimamente he notado que los chiquillos de media, pese a tener todas las herramientas, no tienen idea de qué estudiar y me cuesta mucho entenderlos porque no fue mi caso. La primera vez que conocí el ramo de inglés, estaba en quinto. Tenía una profe viejita experimentada que no se entendía ni ella (#sorrynotsorry) pero de inmediato me llamó la atención. Lamentablemente en el colegio era súper distraída y mis notas eran bien mediocres. Excepto en inglés. Y así llegué a séptimo, ayudando a mis compañeros en las tareas a cambio de plata colación. Hasta que un día me llegó una revelación: me gustaba enseñar, y no por lo que ganaba a cambio, sino que me hacía feliz que a mis compañeros les fuese bien gracias a mi ayuda.
Así que me acerqué a la profe para preguntarle más sobre el tema. Como tenía 12 años apenas entendía que rayos tenía que hacer para llegar a la u, con suerte sabía que el nombre de la carrera para ser teacher era pedagogía. Pero como era (soy) bien habilosa (según mi mami ♥), averigüé más del tema y cada día me gustaba más. Como anécdota les cuento que cuando iba en segundo medio me gustaba caleta un compañero y según yo, el también sentía cosas por mi. ERROR. El sólo me quería porque le hacía las pruebas :( y para peor, se sacaba mejor nota que yo (wtf). En fin, di la PSU y me fue bien pero no excelente y entré a la universidad. Estuve tres semestres y no me gustó. Me sentí súper decepcionada de la vida, por lo que me retiré.
Mientras estuve fuera, pensé en las cosas que había pasado por alto al tener esta obsesión por la carrera. La plata. El sueldo de un profe es miserable en comparación a otras carreras, incluso técnicas. Otra cosa fue el ramo de fonética y fonología. Es un ramo brígido muy difícil, por lo que sentía que no me la iba a poder. Y así pensé en carreras como psicología, obstetricia y un montón más (vivía en mifuturo.cl). Para el 2015 y con 22 años, era oficialmente una mechona de Pedagogía en Inglés.
Y para hoy, pienso que fue la mejor decisión que tomé en la vida. Me cambié de universidad, partí de cero, me metí en la cabeza que sí podía contra fonética y sobretodo, me di cuenta que no importa la plata o como te ve la sociedad, esto me hace feliz. Nunca me gustaron mucho los niños hasta que estuve en sala con ellos. Esas ganas de aprender que tienen me siguen motivando e incluso los que no quieren estudiar me ayudan a ser mejor, tanto como persona que como profesional. Por eso polluelos y futuros mechones, mi consejo sería que estudien aquella carrera que los enamore día tras día, para que el día de mañana vayan felices a trabajar. You can do it!