Desde siempre quise estudiar una carrera que pudiera estar “donde las papas queman”. Me gustaba la biología y aspectos sociales de la humanidad, por lo que buscaba algo que convergiera ambas ramas del conocimiento y que pueda ser utilizado por el bien de la humanidad.
Fue así, como llegue a Terapia Ocupacional, un mundo desconocido para muchos, por lo que necesite valentía y confianza en un comienzo, tanto para convencerme a mi de entrar a algo nuevo como para dar seguridad a mis padres.
Busque las mallas y visite en dos ocasiones el trabajo que se hace en hospitales como en la teletón. Vi mucha dedicación, acompañamiento y creatividad así que me entusiasme aún más. Me esforcé en el camino hacia la PSU, hice todo lo que tuve al alcance del preu y puntaje nacional con el fin de llegar a la Chile, pero la lista de espera nunca corrió así que Valdivia era mi destino.
Entre a la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad Austral, institución que me abrió la puerta a un mundo nuevo mucho más enriquecedor de lo que imaginaba.
Ya en mi quinto año de carrera me doy cuenta de que la visión con la que uno entra es muy reducida en comparación a lo que es la profesión en sí. No es ni una mezcla de psicología y kinesiología, es algo mucho más complejo, en proceso de construcción constante que involucra el saber del ser humano en todas sus áreas, físico, mental y social, ya que se parte de la postura que todas las áreas del ser humano se involucran al momento de llegar a un estado de bienestar.
La Terapia Ocupacional requiere de paciencia, perseverancia, comunicación, flexibilidad, entre otros. Ya que los procesos de rehabilitación humana son lentos, cambian, y necesitan de un ojo clínico que apunte a la necesidad. Además de creatividad para diseñar un plan de tratamiento basado en actividades que tengan un significado y propósito para la persona.
Es así como durante toda la carrera fui adquiriendo conocimiento y visión crítica tanto de la misma profesión como de la sociedad en general, dándome cuenta que lo que estaba estudiando iba más allá de aplicar una técnica, se necesita tener un ojo multifactorial, y divergencia mental para aprender desde neurología, traumatología, psiquiatría, entre otros, en diferentes edades y contextos.
Mi experiencia universitaria, que aún continua, estuvo llena de buenos momentos, con gente de corazón noble y con ganas de hacer un cambio a diferente nivel. En una escuela que logras llegar a tener un vínculo con tus profesores, lo que apoya de manera importante la formación académica.
La Terapia Ocupacional es un mundo de creatividad, de desarrollar habilidades que quizás no pensaste nunca que ocuparías. Una carrera que no para, que todos los días es algo diferente. Y difícil, ya que nada está dado, debes crear de acuerdo a la individualidad de la persona, la teoría y dar apoyo a personas de manera constante hacia la mayor adaptación, independencia y desempeño en sus ocupaciones.