Hablamos con Pablo Salvador Fuentes Aburto titulado de Publicidad del Duoc, previamente entrevistado para la nota: Mi experiencia siendo publicista. Ahora nos cuenta los buenos y malos momentos de haber estudiado su profesión, en específico 3 aciertos y 3 errores.
Como aciertos, destaca las diferentes propuestas de la universidad para incentivar la vocación creativa dentro del alumnado, como por ejemplo: el que la carrera organizara cada cierto tiempo concursos publicitarios dentro de la sede y a nivel institucional, que además de motivar los estudiantes puede comenzar a insertarlos en el competitivo mundo laboral.
Pablo también agradece la propia vocación de sus profesores, pues cuenta como algunos de ellos estimulaban al alumnado a llegar más allá de lo que se les enseñaba en clases, en otras palabras, no quedarse solamente con la materia o la teoría memorizada, sino pensarla, reflexionarla y en lo pasible llevarla a lo práctico.
La alta capacidad tecnológica de su casa de estudio fue un último acierto, según su opinión, sobre todo la implementación de computadoras Mac para los laboratorios de diseño. Para Pablo, los productos realizados o trabajos en grupo hechos con esta tecnología eran de mayor calidad, teniendo en cuenta que publicidad y diseño gráfico son dos áreas que van de la mano.
Pero como no todo es un cuento de hadas, alega que su malla curricular tenía demasiados ramos, cosa que según Pablo se hace más clara en el campo laboral, pues das cuenta lo poco que sirven. Menos para el desarrollo como profesional, por tanto terminas pensando que no son más que ramos de relleno, puestos allí para alargar su estancia en la universidad o demorar tu egreso.
Otra crítica a la malla y error en su carrera fue que esta no se diversificaba al final, en otras palabras, no se buscaba la especialización del estudiante dentro de una de las ramas del mundo publicitario, si no que se enseñaba todo en general, sin centrar a la persona en sus gustos personales o afinidades.
Por último alega que otros profesores no estaban a la altura de los ramos que enseñaban, pues por ejemplo algunos iban a clases a mostrar un compilado de vídeos bajados de Youtube y nada más, algo raro según Pablo al compararlos con otros académicos que sí ponían de si mismos para darles conocimiento a sus alumnos.