Estar al aire libre, sentirse libre. Esas fueron las razones por las que María José Reyes entró a estudiar Agronomía en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Hace 5 años se tituló y trabajar en el campo ha sido su mayor alegría.
Su vocación siempre estuvo bastante clara, por lo que entrar a la U no fue algo complejo. Lo complicado vino después, cuando además de cursar materias que le gustaban tanto como post cosecha, malezas, entomología, entre otras relacionadas directamente con la naturaleza, tuvo que enfrentarse a economía, algo que definitivamente le cargaba.
“Sabía que había que realizar todos los ramos para ser el profesional integral que te decían en la universidad, algo muy necesario para tu vida laboral”, dice Coté. Y así fue, y reconoce que su paso por la U fue tranquilo y lo disfrutó mucho. Definitivamente estudió algo que le gusta.
Para ser Ingeniero Agrónomo te tienen que gustar las plantas y animales para entender su biología y así gestionar recursos agrícolas y ser especialista en la producción de alimentos entendiendo todo el trabajo que conlleva la cosecha cuidando el medio ambiente y haciéndola sustentable.
A pesar de que la Coté es una chica citadina, viajó fuera de la capital para poder desarrollar su pasión. Estuvo haciendo patria en Quellón, con frío y lluvia, y ahora está en Longaví, en la región del Maule.
Pero no todo ha sido bonito. A pesar de que disfruta mucho de lo que hace reconoce que laboralmente la agronomía no está bien remunerada. “Ha sido muy difícil, hay una desmotivación creciente que trato de disminuir cada día pensando que aún estoy aprendiendo”.
Y es que hay poco trabajo, cuesta encontrarlo y a veces no se paga como debería. Coté dice que el problema laboral recae en que “hay muchas universidades que imparten Agronomía, por lo tanto hay muchos trabajos que prefieren un técnico que un Ingeniero Agrónomo, reduciendo así la oferta laboral y aumentando la demanda por trabajo”.
De todos modos, eso no significa que la cosa no pueda mejorar, ya que ir ganando experiencia te transforma en un profesional necesario y valioso. Lo importante es tenerlo en cuenta para comenzar a tejer redes laborales cuanto antes, así no es tan difícil encontrar pega recién egresado de la carrera.
Lo bueno es que un Agrónomo vive su pasión así, libre, al aire libre. Porque su oficina es el campo, su fiel compañera de trabajo es la naturaleza y su norte la sustentabilidad. A pesar de las dificultades, a la Coté no le cuesta levantarse cada día para ir a trabajar, simplemente lo disfruta.
Foto: Agradecimientos por la imagen a María José Reyes.