No es fácil decidirse a ser profesor. Durante años la figura del “profe” es central en nuestras vidas. Incluso, muchas veces es una carga que hace difícil que se opte por esta profesión. Por eso, decidirse a enseñar es parte de un proceso largo y que muchas veces se madura estando en la universidad. Para conocer más sobre esa vocación “tardía”, Psu.cl conversó con el Dr. Saúl Contreras, profesor de Biología y actualmente director del Magíster en Educación de la USACH.
¿Cómo desde la formación de un profesor de ciencias se transmite, se incentiva la vocación pedagógica?
Lo primero es hacer una aclaración, con respecto a la idea de la vocación pedagógica. Yo diría que más bien se trata de una vocación profesional. Por eso mismo, la vocación es un proceso de discernimiento que puede tardar, de hecho hay personas que terminan sus carreras y luego de haber ejercido, descubren que su vocación es, por ejemplo, enseñar. Por lo tanto la vocación, es un itinerario, un recorrido que se hace durante la vida.
Luego en la formación de profesores, habría que asegurar que desarrollen un pensamiento y conocimiento que les permita motivar a los estudiantes. Si el profesor no motiva a sus estudiantes y no logra que éstos participen, es muy difícil que, primero los estudiantes se motiven y, segundo que consideren al profesor un modelo a replicar, un “yo quiero ser profesor”.
¿Cuál es la formación con la que se encuentra un estudiante que ingresa a estudiar pedagogía?
Aunque encontramos diversas carreras en distintas universidades, la tendencia en la oferta (mallas y certificaciones) es similar. Se han cambiado algunas orientaciones como la de pasar de concentrar exclusivamente en los conceptos, a las estrategias para resolver problemas. Sin embargo, esto no se ha aplicado a la trayectoria formativa. De hecho, en la PSU, se espera que en 2016 se trate lo relacionado a habilidades de pensamiento científico. Esta fragmentación, se ve también en las mallas de las carreras de pedagogía. Dicho de otra forma, los que estudian para ser profesores ven por separado lo pedagógico de lo didáctico, aun cuando en la prueba INICIA, por ejemplo, lo disciplinar esta unido a lo didáctico.
En el caso de la formación pedagógica, esta está concentrada en fases y no articulada. Eso genera que la mayoría de los futuros profesores y profesores en ejercicio le den mayor importancia a la disciplina. Ciertamente, un profesor debe dominar la disciplina, es imposible enseñar algo que no se sabe, pero también se debe saber cómo enseñar. Por ejemplo, saber con qué y cómo motivar a sus estudiantes y hacerlos participar.
¿Qué características debe tener alguien que está pensando en estudiar pedagogía y en particular la relacionada con el mundo de las ciencias exactas?
Es difícil, determinar un perfil, teniendo en cuenta que la vocación, como te dije antes es un tránsito, un itinerario. Algo central es que debe gustarle la ciencia. No necesariamente es ser hábil en todas las ciencias exactas. Puede gustarme la biología y no la física, por ejemplo. Esa es la base y después un interés por enseñar.
¿Por qué es tan requerido un profesor de ciencias y por qué es una buena opción estudiarlo?
Es requerido, porque no hay profesores de ciencias y ciertamente es una buena opción, dada la alta oferta laboral. Hay un buen número de profesores de biología, luego química y muy pocos de física. Las tasas de titulación y egreso, no están cubriendo la demanda. Además, son muy pocos los estudiantes (egresados de cuarto medio) que optan por carrera de pedagogía en ciencias (dada la dificultad que les plantea), y son menos los que terminan.
Pero es interesante señalar que cada vez son más los estudiantes de otras carreras, que descubren su vocación y se cambian a carreras de pedagogía. Es una especie de vocación tardía. De ahí, que la vocación, es algo en lo cual las universidades deben tratar como un aspecto que se incluya en la trayectoria, no se puede tratar al principio y menos confundir con el perfil de egreso del estudiante.