"Ha sido un año muy difícil, no pensé que iba a hacer así". Antonia Berríos tiene 17 años está en cuarto medio y está haciendo un preuniversitario. Colapso. Dice que la advirtieron de no hacer las dos cosas, que era muy pelúo ir al colegio y hacer preu.
"Pensé que eran muy colorientos y no pesqué", recuerda. Ahora no ve la hora de que llegue la PSU, porque el estrés se está manifestando de a poco. Lo único que la ha mantenido en pie es estar rodeada de amigos que están en el mismo preu que ella. "Si no estuviera con ellos, chao. Me daría un paro cerebral".
Se reúnen en el Pedro de Valdivia y ya es difícil encontrarse con Antonia sin que alguno de ellos la acompañe. “No es sólo porque son mis amigos y hay buena onda, como estamos todos en la misma volá, nos ayudamos y estudiamos en grupo. Hacemos las guías, nos enseñamos. Es la mejor manera de no enloquecer”, relata mirando a su amigo.
A diferencia de sus compañeros, Antonia todavía no ha decidido qué estudiar, pero le gusta el dibujo, el diseño, hasta la arquitectura. Dice que pese a que no queda tanto tiempo, pensar en eso, ahora, es un cacho más. "Ya sabré qué estudiar, lo primero es llegar viva y cuerda a ese día", dice.
Tiene muchas esperanzas puestas en la PSU. Anhela poder sacar buen puntaje y no quedar como una perdedora. "Varias locas que salieron de mi colegio, les fue bien y yo también quiero", comenta riendo. Además comenta que ellas quedaron en las universidades “más bacanes”, algo que ella quiere repetir.
Su familia también es importante, y de alguna manera no quiere decepcionarlos. “Padre y Madre han hecho un esfuerzo grande pa’ pagar el preu y to’o, porque Hermana está estudiando en la U y este es su primer año. Yo espero ganarme una beca o algo, porque el tema de las lucas no es menor”,cuenta.
Antonia dice que lo que más quiere ahora es que llegue septiembre para no ir durante una semana al colegio y descansar un rato. “Me siento mal diciéndolo, pero es que en verdad necesito un descanso porque en las vacaciones de invierno no descansé nada”.
“Yo te fotocopié las guías”, le dice su amigo/compañero cuando se da cuenta que mientras ella está hablando da vuelta la mochila buscando algo. “Wena, choro. Viste, si son muy bacanes. Siempre se me pierden las guías”, dice, poniendo cara de llanto.