Es normal y habitual entre los estudiantes pasar de largo el día antes de la prueba para así retener y aprender de mejor manera, o de forma apurada, los contenidos que dicho examen va a tener. Esta técnica es milenaria y abunda entre aquellos estudiantes que dejan las cosas a ultima hora. Al parecer este método no es tan eficaz como lo creíamos ya que la clave del éxito es el equilibrio entre las horas de sueño y las de estudio.
En el colegio, universidad o instituto siempre la falta de tiempo es nuestro enemigo numero uno, tenemos que lidiar con múltiples actividades que a veces no podemos realizar totalmente porque nuestro tiempo no fue bien distribuido o porque debíamos asistir a eventos familiares o de amigos. Al fin y al cabo siempre nos enfrentamos a la situación en donde debemos sacrificar nuestro preciado sueño y superar el cansancio con tal de sacar adelante el futuro examen.
Hay teorías que afirman que es mejor dormir después de haber estudiado. Se supone que al descansar el cerebro limpia toda aquella información que no le sirve al cuerpo o al cerebro ya que elimina todo lo que estaba en la memoria a corto a plazo con el objetivo de dejar mayor espacio libre para los datos. Pasar una noche sin dormir puede disminuir la capacidad de almacenar información.
Muchos estudiantes utilizan la noche porque según ellos estudiar y revisar sus textos durante este tiempo les daba una mayor capacidad de retención y concentración porque hay menos ruidos y distracciones, pero estudios del 2008 del Hospital de Quirón de Valencia concluyó en que las horas ideales para estudiar es durante el medio día y las 4 o 5 de la tarde. Teóricamente la hora máxima de concentración es durante la mañana y disminuye hasta la noche, por lo tanto, querer estudiar en la noche no es tan buena idea. Bajo esta mirada lo ideal es estudiar en la mañana y repasar la materia en la noche.
Hay que destacar que durante el sueño pasamos por cinco distintas etapas: desde el sueño liviano hasta el sueño REM que es el más profundo. Durante el sueño se producen procesos mentales complejos vinculados a la cognición porque las neuronas no se apagan durante el sueño sino más bien se activan las áreas del aprendizaje y memoria.
El darle tiempo al descanso y al estudio de forma equilibrada permite que tu cerebro mantenga y asimile los nuevos conocimiento que quieres que se mantengan en la memoria de largo plazo. Así que eliminar el sueño en pro de estudiar no es tan efectivo como se conocía. Claro, hay ciertas personas que estudian mejor en la noche porque se han acostumbrado a hacerlo así durante los años. Cada persona tiene su rutina personal de estudio pero recomendamos que no sacrifiques tu descanso si puedes adelantar tus estudios un par de días antes de tu examen, ensayo o prueba.
Imagen CC Moyan Brenn